Yemas de Ávila.

Hoy nos toca postre monacal y son estas famosas yemas de Ávila. Con lo de monacal no nos referimos a que sea un postre típico de Mónaco, si no a esas elaboraciones artesanales realizadas en los conventos y los monasterios de toda España. Nos dice la historia que cuando una novicia ingresaba en un convento llevaba consigo su propio recetario familiar. Una vez allí iban haciendo elaboraciones para su consumo propio como parte del día a día. Iban mejorando las recetas y experimentando sobre ellas en la comunidad, salvaguardándolas también del paso del tiempo. Pero las congregaciones no viven sólo de la caridad. Unas se dedicaban a la artesanía, otras cosían y hacían arreglos de tela y otras usaban sus mejores recetas para la venta al público y he aquí la clave de como han llegado a nosotros muchas de las recetas que conocemos hoy en día.